Pakistán,Islamabad.– Las escuelas cristianas y las iglesias han reabierto sus puertas y las actividades pastorales y sociales de la comunidad cristiana en Pakistán se han reanudado a un ritmo normal, aunque, después de la muerte de Bin Laden, el debate público es muy exacerbado y la tensión sigue siendo alta en la sociedad.
Como informa desde Karachi a la Agencia Fides, Mario Rodríguez, Director Nacional de Obras Misionales Pontificias en Pakistán, “los fieles son prudentes, tratamos de hacer cada tarea con precaución, mientras que las medidas de seguridad continúan frente a los edificios cristianos”.
En la sociedad pakistaní, señala, Rodríguez: “circulan sentimientos contradictorios: una parte de la opinión pública y las minorías religiosas han acogido con satisfacción la muerte del líder terrorista, otros sectores más radicales han expresado una enorme desaprobación. Esperemos que no se produzcan otros actos simbólicos de venganza contra las minorías”.
“La gente común – explica a Fides Bonnie Mendes, un sacerdote de Faisalabad – manifiesta ira que podría explotar en cualquier momento. Hay varias razones: en primer lugar, para muchos Bin Laden era un héroe; después se critica al gobierno paquistaní por haber abdicado a su soberanía, dejando campo libre a las fuerzas especiales americanas; además a nivel religioso, existen polémicas y resentimiento por el funeral apresurado y la ausencia de una tumba”.
“Estos problemas, señala, Mendes, “se agregan a los desafíos a los que se enfrentan todos los días los cristianos y las minorías religiosas en Pakistán, donde son víctimas de discriminación y violencia”, dijo.
(Fuente: noticiascristianas.com)
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